martes, 7 de febrero de 2012

Sesión del día 24 de Enero del 2012


En esta sesión, realizamos un test sobre las estrategias de composición de texto escrito, el cual trataba principalmente nuestros hábitos como estudiantes para leer y escribir. Para ello tuvimos que concentrarnos y poner total atención a lo que leíamos, esto con el fin de  lograr dar una respuesta que fuera real y que no estuviese basada en “lo primero que pensábamos”.
Una vez que todos finalizamos el test, calculamos nuestro puntaje para poder compararlo con un puntaje presentado por la profesora como “el puntaje promedio de un estudiante de universidad”
Mi puntuación final fue de 38 puntos, pero cuando iba escuchando las puntuaciones de mis demás compañeros, me di cuenta que tengo un muy bajo nivel  como lectora y escritora. Esto quiere decir que tengo muchos aspectos en los cuales trabajar para lograr desarrollar mis habilidades.


Un ejemplo muy claro de cómo puedo comenzar a mejorar mis habilidades de lectura y redacción lo encuentro cuando tengo que  realizar un ensayo, ya que ahora me prepararé buscando información previamente acerca del tema. De esta manera sabré como hablar de dicho tema y a qué clase de público puede ir dirigido. Es aquí donde toco otro punto importante, ya que la mayoría de las veces, nosotros como escritores sólo expresamos nuestras ideas tal cual salen de nuestra mente, cuando este no es el caso; lo adecuado finalmente es expresar nuestras ideas de acuerdo al público al cual vaya dirigido nuestro texto, de esta manera, podrán entender nuestro punto de vista claramente.

La siguiente actividad fue escribir en un papel con respecto a cualquier tema durante 5 minutos y sin parar de escribir. Esta actividad me resultó en verdad muy difícil porque yo pensé que para escribir primero tenía que pensar en qué quería escribir, sin embargo, aquí podíamos hacerlo de manera libre. Esto me complicó aún más el poder escribir, es por eso, que me decidí a escribir cuando ya sólo quedaban aproximadamente dos minutos.
Al comenzar a escribir, mi mente comenzó a recorrer tantas memorias, sucesos recientes, letras de canciones que me gustaba oír, palabras que quería decirle a algunas personas, etc. Todo esto terminó finalmente en mi narración de lo que había hecho el día anterior sin más fin que el de narrar algo que me resultaba cotidiano.
  
Como concusión este test me pareció bastante alentador, ya que para ser sincera, yo consideraba mis habilidades de lectura y redacción por lo menos al nivel promedio de un  estudiante de universidad; mi sorpresa fue darme cuenta de que la realidad es otra.
Incluso, como nos explicaba la profesora, ella también sigue en preparación, es decir que aún cuando ya sabemos leer y escribir adecuadamente, nunca dejamos de desarrollar nuestras habilidades.

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