Querida Lis:
Sé que tal vez al inicio de
esta carta no te quede claro lo que trato de decirte, es por eso que te pido,
pongas mucha atención a cada una de las palabras que a continuación te escribo.
Sólo piensa que algún día, cuando creas que el amor no existe porque no se hace
presente en tu vida, entonces te pediré, busques de nuevo esta carta y la leas
con precisa atención para reflexionar un poco a cerca del amor.
Debo confesarte que el
amor es algo bastante complicado para mí, empezando por el hecho de que
considero, nunca me he enamorado.
Durante un tiempo, creí
bastante en el amor y en la influencia de este sobre el resto de nuestros sentimientos;
incluso, solía escribir a cerca del tema sin siquiera haberlo experimentado por
mí misma, y menos a la corta edad de 13 años. Pronto caí en la cuenta de lo
cursis e irreales que eran todos aquellos versos que algún día escribí. Es así,
como deje de escribir, para dedicarme a cuestionar e incluso criticar a todo
individuo que conociera y que se creyera “enamorado”.
Hoy en día me realizo
de lo equivocada que estuve en ciertos momentos, ya que con el paso de los
años, la vida misma me dio lecciones dignas de analizar que el amor no solo se
ve en una relación de pareja, una carta
anónima, un poema, o incluso un 14 de febrero.
El amor es mucho más
que eso, es una serie de sensaciones, momentos, se ve en todas partes, aunque
no todo el tiempo lo notemos. Por ejemplo, en una simple sonrisa que le
dirigimos a un amigo, un hermano o a nuestra misma madre.
Debo decirte, que si
tan sólo fueras un poco más observadora, te darías cuenta al igual que yo recién
lo hice, que el amor nos rodea a todas horas, todos los días y en todo lugar,
basta comenzar por quedarte parada justo en donde estás, así es, no importa si
estas en la calle, en tu casa, en la escuela o en una reunión, todos debemos
darnos un poco de tiempo, si no es para amar, por lo menos para admirarlo.
Puedes comenzar
reflexionando que: “El amor no tiene edad, siempre se encuentra creciendo” tal
como lo dijo Blaise Pascal. Sencillamente observa como día con día las personas
que aman nunca dejan de hacerlo, constantemente, y por el resto de su vida
incluso, estarán buscando nuevas maneras de amar y de manifestarlo, en pocas palabras,
el amor que es de verdad, no tiene fin.
Amiga, también debo
decirte que si alguna vez escuchas algo parecido a lo que alguna vez dijo
Napoleón: “El amor es un sentimiento que abre puertas pero cuando empiezan a
existir problemas se cierran todas las puertas y se vuelve rencor”, entonces te
invito a que lo pienses detenidamente y reflexiones que algunas veces, la mayoría de todas, la vida
nos presentará obstáculos, así que ten en cuenta que, estemos enamorados o no,
las dificultades se presentarán y de nosotros dependerá hacerlas a un lado e
ignorarlas; dejarlas vencernos en nuestro camino a la felicidad; o también
puedes enfrentarlas y saber minimizarlas con ayuda del amor, un inexplicable
pero también magnífico sentimiento.
De igual manera espero
en esta etapa de tu vida no pienses como yo lo hacía antes, me refiero a que,
al igual que Napoleón yo solía asegurar “el amor es una tontería hecha por dos”,
pero mi manera de pensar ya no es la misma a la de hace seis años, ahora sé que
aunque no ame a muchas personas en este momento, tú, mi querida amiga, ten por
seguro que eres una de esas pocas personas.
Tu apoyo siempre
incondicional, tus palabras de ánimo, tu sensacional sentido del humor, ese
simple y sencillo carisma que siempre te ha caracterizado a lo largo de mis
recuerdos, pueden asegurarte a ti, a mí, y a todos aquellos que lo cuestionen,
que el amor no es una tontería. Es tan simple como interpretar cada uno de los bellos
momentos que tú, mi más preciada amiga, me has regalado a través de los años, y
que hoy en día, pueden fortalecerme incluso en mi estado más vulnerable.
Resulta curioso el
hecho de que al comienzo de esta carta, no encontraba las palabras adecuadas
para describirte cada uno de los pensamientos que divagaban por mi mente, pero
ahora que se que esta carta tengo que finalizar; me resulta difícil concluir.
Esta misma razón me ha llevado a concluir con la siguiente frase: “Cuando se quiere dar amor, hay un riesgo,
el de recibirlo” de Jean-Baptise
Polequín. Lo sé, se lo que debes estar pensando, has de estar total y
completamente de acuerdo con estas “simples” palabras que con sólo pensarlas,
abren la puerta de tu mente a una nueva dimensión.
Por último, sólo hay
una última cosa que debo pedirte, no te olvides del amor en ningún momento, te
sorprendería todo lo que puedes lograr con sólo amar. Que tengas un excelente
día y que todos tus sueños se vean realizados, recibe un saludo y un fuerte
abrazo de mi parte, y recuerda que siempre estás en mi mente mi muy estimada
hermana.
Janeth
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