lunes, 5 de marzo de 2012

Carta a una amiga


Querida Lis:

Sé que tal vez al inicio de esta carta no te quede claro lo que trato de decirte, es por eso que te pido, pongas mucha atención a cada una de las palabras que a continuación te escribo. Sólo piensa que algún día, cuando creas que el amor no existe porque no se hace presente en tu vida, entonces te pediré, busques de nuevo esta carta y la leas con precisa atención para reflexionar un poco a cerca del amor.



Debo confesarte que el amor es algo bastante complicado para mí, empezando por el hecho de que considero, nunca me he enamorado.

Durante un tiempo, creí bastante en el amor y en la influencia de este sobre el resto de nuestros sentimientos; incluso, solía escribir a cerca del tema sin siquiera haberlo experimentado por mí misma, y menos a la corta edad de 13 años. Pronto caí en la cuenta de lo cursis e irreales que eran todos aquellos versos que algún día escribí. Es así, como deje de escribir, para dedicarme a cuestionar e incluso criticar a todo individuo que conociera y que se creyera “enamorado”.

Hoy en día me realizo de lo equivocada que estuve en ciertos momentos, ya que con el paso de los años, la vida misma me dio lecciones dignas de analizar que el amor no solo se ve en una relación de pareja,  una carta anónima, un poema, o incluso un 14 de febrero.

El amor es mucho más que eso, es una serie de sensaciones, momentos, se ve en todas partes, aunque no todo el tiempo lo notemos. Por ejemplo, en una simple sonrisa que le dirigimos a un amigo, un hermano o a nuestra misma madre.

Debo decirte, que si tan sólo fueras un poco más observadora, te darías cuenta al igual que yo recién lo hice, que el amor nos rodea a todas horas, todos los días y en todo lugar, basta comenzar por quedarte parada justo en donde estás, así es, no importa si estas en la calle, en tu casa, en la escuela o en una reunión, todos debemos darnos un poco de tiempo, si no es para amar, por lo menos para admirarlo.

Puedes comenzar reflexionando que: “El amor no tiene edad, siempre se encuentra creciendo” tal como lo dijo Blaise Pascal. Sencillamente observa como día con día las personas que aman nunca dejan de hacerlo, constantemente, y por el resto de su vida incluso, estarán buscando nuevas maneras de amar y de manifestarlo, en pocas palabras, el amor que es de verdad, no tiene fin.



Amiga, también debo decirte que si alguna vez escuchas algo parecido a lo que alguna vez dijo Napoleón: “El amor es un sentimiento que abre puertas pero cuando empiezan a existir problemas se cierran todas las puertas y se vuelve rencor”, entonces te invito a que lo pienses detenidamente y reflexiones que  algunas veces, la mayoría de todas, la vida nos presentará obstáculos, así que ten en cuenta que, estemos enamorados o no, las dificultades se presentarán y de nosotros dependerá hacerlas a un lado e ignorarlas; dejarlas vencernos en nuestro camino a la felicidad; o también puedes enfrentarlas y saber minimizarlas con ayuda del amor, un inexplicable pero también magnífico sentimiento.



De igual manera espero en esta etapa de tu vida no pienses como yo lo hacía antes, me refiero a que, al igual que Napoleón yo solía asegurar “el amor es una tontería hecha por dos”, pero mi manera de pensar ya no es la misma a la de hace seis años, ahora sé que aunque no ame a muchas personas en este momento, tú, mi querida amiga, ten por seguro que eres una de esas pocas personas.

Tu apoyo siempre incondicional, tus palabras de ánimo, tu sensacional sentido del humor, ese simple y sencillo carisma que siempre te ha caracterizado a lo largo de mis recuerdos, pueden asegurarte a ti, a mí, y a todos aquellos que lo cuestionen, que el amor no es una tontería. Es tan simple como interpretar cada uno de los bellos momentos que tú, mi más preciada amiga, me has regalado a través de los años, y que hoy en día, pueden fortalecerme incluso en mi estado más vulnerable.



Resulta curioso el hecho de que al comienzo de esta carta, no encontraba las palabras adecuadas para describirte cada uno de los pensamientos que divagaban por mi mente, pero ahora que se que esta carta tengo que finalizar; me resulta difícil concluir. Esta misma razón me ha llevado a concluir con la siguiente frase: “Cuando se quiere dar amor, hay un riesgo, el de recibirlo” de Jean-Baptise Polequín. Lo sé, se lo que debes estar pensando, has de estar total y completamente de acuerdo con estas “simples” palabras que con sólo pensarlas, abren la puerta de tu mente a una nueva dimensión.



Por último, sólo hay una última cosa que debo pedirte, no te olvides del amor en ningún momento, te sorprendería todo lo que puedes lograr con sólo amar. Que tengas un excelente día y que todos tus sueños se vean realizados, recibe un saludo y un fuerte abrazo de mi parte, y recuerda que siempre estás en mi mente mi muy estimada hermana.


Janeth

No hay comentarios: